Irene Castro Díaz (Itzel Acosta) nació en Antofagasta, Chile, el año 1971. Desde pequeña gustó de utilizar el dibujo y la pintura como medio de expresión de sus sentimientos y emociones. Haciendo gala de temprana madurez y un institivo gusto por lo paranormal y lo extraño, su tópico favorito fue el horror y el misterio, convirtiéndose en fanática de libros, películas y todo tipo de material relacionado con ese género, información que devoraba con ansias. Las historias y escenas que a cualquier espectador habrían hecho temblar, a ella le causaban especial fascinación, y desde temprana edad comenzó a traspasarlas al papel. En 1993, por casualidad o destino, mientras paseaba por una pequeña feria ambulante que había llegado a su ciudad natal, encontró un cuento de Howard Phillips Lovecraft. Era un pequeño librito azul con letras blancas titulado \"El horror de Dunwich\" que leyó tan pronto volvió a casa y que vino a cambiar su percepción y concepción del horror. Ese inolvidable día, de la mano del más grande genio del terror que haya leído, conoció el cielo y el infierno a la vez, y se paseo por un cosmos que jamás había imaginado, ni en sus más oscuros sueños. Fue así como comenzó a coleccionar todo el trabajo de H. P. Lovecraft, y decidió dedicar su pasión (la pintura) a reproducir y dar forma a las magníficas visiones que la obra de Lovecraft le había comunicado, pues deseó compartirlas con el mundo.
¿Qué significa para mí pintar? La pintura y el dibujo son la conexión alterna de escape, a través de la cual libero el exceso de energía contenido en mi imaginación, que siempre ha sido febril. Pintar es el cable a tierra que me permite liberar las visiones que se agolpan en mi cabeza. Sólo ante el cuadrado en blanco de material (el papel piedra es mi favorito) con mi lápiz o pincel en la mano encuentro el sentido, veo el centro del huracán que llevo dentro, encuentro mi equilibrio. Pintar me ayuda a cortar los lazos terrenales y logro pasearme por el cosmos de mi imaginación poblado con las criaturas de los cuentos de H.P. L., que se mezclan con mis propias fantasías. Cuando pinto me siento feliz, completa, realizada.
Definición de estilo: Ignoro si mis pinturas encajan en algún estilo, ya que jamás he tomado clases de pintura, y lo que hago, lo hago por instinto, sin seguir una norma o una técnica particular. Por material utilizo el óleo para \"colorear\" mis dibujos sobre papel piedra, pues es el material que más me gusta, el que me permite lograr los colores que deseo. En cuanto a la técnica, sé que existen ciertas reglas básicas como pintar siempre primero el fondo del cuadro y nunca óleo sobre óleo, etc., pero me es difícil observarlas, pues yo empiezo buscando el primer color a pintar (es un proceso extraño, hay música de por medio) y no siempre el primer color es del fondo, casi siempre los fondos son predecibles, lo díficil es encontrar el primer color de la escena, pero una vez que lo encuentro todos los otros empiezan a desbordarse y a encajar, es como si la obra hubiera estado siempre ahí escondida bajo la capa gris del material que yo removí con la ayuda del pincel. En relación a la temática de las obras, cada una es una escena de un cuento o de un relato del maestro H.P. Lovecraft que me impresiono notablemente y logro motivar a mi musa para crear. De todo lo anterior debo deducir que mi estilo es mío, es mi único, individual e irrepetible modo de expresarme y nada más.